Continuando con la tradición española de los ingeniosos inventos consistentes en «unir un palo a otra cosa», por ejemplo el chupachups o la fregona, Javier Sánchez ha creado otro revolucionario invento.
El inventor, un obrero de la construcción de Ciudad Real, se lo ocurrió la idea del invento debido a que se encontraba de baja laboral por dolores en la espalda. Y le dio el nombre de Supermang. El invento consiste en un mango que se añade a aperos tales como una pala, un rastrillo o una horca, y que permite trabajar con ellos sin tener que agacharse ni que forzar la espalda.
La idea ha convencido a una empresa guipuzcúana denominada Ederra, que ha adquirido la idea y está en proceso de fabricar 50.000 unidades. El Supermang saldrá a la venta por un precio inferior a 20 euros.
Sánchez destaca que «aunque su invento pueda parecer tonto no es así, porque conlleva toda una serie de estudios destinados a mejorar su forma de sujección y agarre a las herramientas».
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